El anillo de los nibelungos: la historia de Siegfried

miércoles, 25 de julio de 2007

Sigfrido es uno de los grandes mitos de la literatura universal, como Ulises o Eneas. ¿Existió en realidad? Puede ser, pero me quedo con su maravillosa leyenda, que ha servido de inspiración a músicos y poetas a lo largo de los siglos.

La leyenda de Sigfrido forma parte de una gran epopeya, muy famosa en los países germánicos, llamada Los Nibelungos. Aunque se escribió por primera vez en el año 1200, mucho antes los trovadores se encargaron de extenderla por todas partes.

Antes de nada hay que hablar de Wotán, el dios más poderoso de la mitología nórdica, y de los Nibelungos, unos enanos que vivían en las entrañas de la Tierra y que tenían muchos tesoros.

El padre de Sigfrido era muy valiente, y antes de morir dio a su hijo su fantástica espada Balmunga. El joven Sigfrido, valiente como el que más, fue directo hacia lo más profundo del bosque para enfrentarse al malvado dragón Fafner, a quien todo el mundo temía.

Después de una dura lucha, Sigfrido logró matar al dragón. Entonces el héroe se dio cuenta de que tenía sangre del bicho en la mano y se la llevó a los labios en un acto reflejo. En aquel momento, oyó cómo un pajarillo decía que quien se bañara en la sangre del dragón sería invulnerable a todo.

Entonces Sigfrido se rebozó bien en esta sangre, pero la casualidad hizo que se quedara adherida a su espalda una hoja de tilo, lo que quería decir que, al menos en un punto de su cuerpo, era igual al resto de los mortales.

Al cabo de unos años, Sigfrido se casó con Crimilda al tiempo que el hijo del rey, Gunther, lo hizo con Brunilda, la reina de las valkirias. Éstas eran doncellas guerreras encargadas de recoger las almas de los guerreros muertos para conducirlas al paraíso.

Brunilda trataba muy mal a su marido Gunther. Para solucionar el problema, Sigfrido tenía que hacerse con el anillo del Nibelungo, que le permitiría transformar el comportamiento de la altiva dama.

Aventuras, celos, cacerías y tesoros se suceden a lo largo de esta leyenda de Sigfrido, que acaba con la inocente muerte del héroe. Pero su memoria logró pervivir gracias a la heroica actitud de su dulce esposa Crimilda, quien no paró hasta vengar la injusta muerte de su marido.

Para conseguirlo, tuvo que unirse a Atila, el llamado azote de Dios, de quien se dijo que donde pisaba su caballo no volvía a crecer la hierba, el hábil y cruel rey de los hunos, pero la jugada no le salió del todo bien.

1 comentario:

Ovolactovegetariana dijo...

Me acuerdo cuando estaba en preu ( porque fue ahi cuando pesque realmente) sobre mitologia y bla bla bla... bueno y me acuerdo que en todas las "historias" terminaban tragicamente, la mentalidad de aquellos que escribian.. y al final todos algo tenian de debilidad pffff... ni un brisho xD


en fin...


saludos mongui =)